viernes, 23 de marzo de 2018

Capítulo VII

El tigre y el cisne.


La batalla dio inicio y fue emocionante de principio a fin. El tazón sobre el cual luchábamos tenía la variante de un centro en rotación, lo cual alteraba la estabilidad del blade y era una preocupación extra, además del gran rival que tenía al frente. El primero en atacar fue Ray, quien me golpeó y me hizo caer en el centro rotativo.

-Drystal, tienes que salir de ahí.

-Estas justo donde te quiero, ¡Drigger ataque de la garra de Tigre!

De inmediato, el tigre que habitaba en el beyblade de Ray emergió y atacó con toda su ferocidad a Drystal. El ataque fue tal que los blades sacaban chispas y Drystal salió volando directo a mis manos. Ray sonrió y llamó a Drigger.

- ¡El round uno es para Ray! -  anunció el DJ, se escucharon algunos aplausos y muchos murmullos, la gente no estaba muy contenta por lo que acababa de ver.

-Wow, Ray, esa fue una muy buena táctica. Me tomaste por sorpresa.

-Lo sé, y también sé que eso no es lo mejor que puedes dar. - replicó con seriedad - ¡Atácame con todo lo que tengas! - su petición me sorprendió. Coloqué a Drystal en el lanzador y asentí con una sonrisa.

La cuenta regresiva inició. Cerré mis ojos y me concentré en el precioso cisne dorado que debía de emerger de mi beyblade. Esta vez lancé a Drystal en el centro del tazón, justo donde Ray me había mandado en el round uno, con la única diferencia de que ahora yo tenía la ventaja de saber lo que iba a hacer. Cuando Ray se apresuró a atacarme, mi blade saltó y lo dejó a él en mi posición.

- ¡Ahora, Drystal! ¡Ataque de los 1000 reflejos!

Al escuchar mi orden, Drigger empezó a recibir golpes por todas las partes posibles de manera casi simultánea, al punto de sacarlo volando. Ray se desesperó, trató de maniobrar en el aire, pero me impulsé en el tazón para golpearlo mientras estaba ahí arriba y me agencié el round 2.

La gente vitoreó, estaban enloquecidos por la manera "elegante" en que elevé mi blade para eliminar a mi rival, quién ladeó la cabeza sonriente y recogió a Drigger.

-Ahora sí que estamos hablando. Veo que has podido controlar más a tu bestia bit. Créeme, el tercer round será inolvidable. ¡Que gane el mejor, Melanie!

- ¡Que gane el mejor, Ray!

A la cuenta de tres estábamos de vuelta en el tazón, lejos de la zona rotatoria. Ambos nos veíamos fijamente, como queriendo advertir el movimiento que el otro realizaría. Entonces dí el primer paso, me acerqué a él y él se dirigió a mí al punto de chocar con todas nuestras fuerzas. En el choque, Drigger retrocedió, pero aun así no dejó de atacar con todo a Drystal.

- ¡Así me gusta, Melanie! Ahora, ¡Trata de detenerme! ¡¡Ataque de la garra de tigre!!

El tigre blanco emergió y volvió a atacar con ferocidad a Dystal, quién no se amedrentó y salió de su blade. Majestuosa y serena, empezó a dejarse envolver en las garras del tigre. Cuando el depredador afianzó su presa, Drystal empezó a elevarse, moviéndose oscilatoriamente y provocando que el tigre se soltara y cayera.

¡¡Es ahora o nunca, Drystal!! ¡Dale el golpe de gracia! - El cisne se lanzó de lleno a golpear al tigre contra el centro rotatorio, quién se estrelló y salió disparado hacia afuera del tazón. Solo pude escuchar la voz del DJ sobreponiéndose a los gritos de la concurrencia.

-¡¡El tercer lugar del torneo nacional es para Melanie!! - el respetable aprobó el anuncio en un estallido de vítores y celebraciones. Yo lo saludé con mayor efusividad que antes.

- ¡Así es como se debe ganar, Melanie! ¡Felicidades! - No había sido consiente de la presencia de Ray por la emoción del momento. Él había tomado a Drystal para entregármelo. Pude notar que estaba un poco agitado, el combate había sido exigente para ambos.

-Muchas gracias, Ray. Es un honor haberme enfrentado a ti- Nos saludamos con una reverencia y nos dispusimos a retirarnos del escenario para dar lugar a la final.

Busqué entre la multitud a Mattie y Grace, y cuando los encontré, vi que estaban señalándome en cierta dirección. Me extrañó, ya que esa dirección era la de los palcos y estaba reservada a autoridades y no al público en general. Mis ojos se abrieron de par en par cuando vi a dos personas de pie, aplaudiendo muy emocionados. Sus siluetas eran inconfundibles para mí y no pude evitar que una lagrima de emoción se me escapara al ver ahí a mis padres.

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