lunes, 21 de julio de 2025

Capítulo IX

Rosas peligrosas


Contrario a lo que creí, el día lunes no empezamos con las sesiones de entrenamiento, pues tuvimos que realizar la sesión de fotos para la campaña publicitaria del equipo japonés de beyblade.

A excepción de Takao, el resto de los miembros del equipo tenía una buena ética de trabajo y logró finalizar la sesión rápidamente. Los fotógrafos elogiaron a Melanie, quien se ganó el cariño de ellos por "el amor" que la cámara le tenía, llegando al punto de sugerirle que optara por una carrera en el mundo de modelaje cuando fuera mayor.

Al llegar a casa, Walter me llamó su oficina. Subí tan pronto como mi desinterés me lo permitió. Toqué a la puerta e ingresé al escucharle decir "adelante". Estaba sentado en el escritorio, tecleando es su computadora personal. No alzó la vista, únicamente deslizó hacia mi un sobre.

Lo abrí un poco escéptico. Eran dos boletos para un concierto a beneficencia de becas estudiantiles. Hubiera jurado que me escuchó cuando pensé "¿¡Qué diablos?!", pues respondió de inmediato a mi duda.

- Me invitaron a esa gala de beneficencia y tú me vas a acompañar - hice una mueca de desaprobación - la pianista que dará el recital es la chica McAlister.

Quedé en blanco con su aclaración. Coloqué el sobre y su contenido en el escritorio y procedí a salir del estudio con un seco "de acuerdo".

***

Cerca de las 8 de la noche del miércoles me encontraba al lado de Walter vestido de traje y con el cabello arreglado. Me sentía verdaderamente incómodo, pero el deseo de ver a Melanie en su faceta natural hacía que me fuera posible ignorar esa incomodidad que únicamente se acentuaba cuando tenía que saludar a las "amistades" del abuelo.

El salón estaba lleno de murmullos hasta que el maestro de ceremonia dio inicio al espectáculo. Según el itinerario, la primera pieza que se iba interpretar era "Una vez en diciembre".

Ella caminó hacia el elegante piano de cola, que se encontraba justo al centro del salón, con un hermoso vestido azul que combinaba a la perfección con sus ojos. Reverenció al público antes de sentarse frente al piano y empezó a deslizar sus dedos sobre las teclas.

El inicio de la melodía te transportaba fácilmente a un crudo invierno ruso. El principio era tímido y poco a poco se volvía cada vez más dramático, una melodía bastante fiel a la historia de los Romanov. Justo como lo imaginé, a ella le impactaba tocar aquella pieza, se notaba en su rostro. A pesar de tener una expresión dulce, era bastante piadosa, entendiendo la tragedia de las Grandes duquesas y el zarévich.

Los asistentes dejaron de lado sus copas de vino y champagne de lado para aplaudir a la virtuosa artista. La velada continuó con "Petit chien" de Chopin, una interpretación alegre pero tildada de básica por los asistentes que se encontraban a mi alrededor debido a su lentitud. No fue hasta que terminó el primer estribillo cuando empezó a tocar la pieza a una velocidad que logró impresionar a estos detractores. El aplauso al final de la melodía fue mucho más audible que el de la primera, su talento había logrado impresionar incluso a Walter.

Y así pasó la velada, entre bocadillos y bebidas, con la "señorita McAlister" impresionando a su público con piezas como Preludio en C mayor y Canon en D mayor; Mozart, Debussy y Batch también hicieron acto de presencia en la velada que finalizó a las 9:30 de la noche. El público estaba embelesado con ella, sus padres aplaudían orgullosos y yo me encontraba completamente sorprendido: realmente era talentosa.

Estaba absorto en mis pensamientos cuando uno de los meseros se acercó a Melanie, que terminaba de hacer reverencias al público, como despedida, con un ostentoso ramo de rosas. Ella se sorprendió, sonrió ruborizada, le agradeció y lo tomó en sus brazos, era tan grande que apenas podía con él. Tomó la tarjeta y sonrió incrédula mientras la leía y buscaba entre la multitud, hasta que sus ojos sorprendidos se encontraron con los míos.

***

El tono rosa de las flores me encantó. Por el color, pensé que habían sido mis padres quienes me enviaron el ramo, pero qué sorpresa fue para mi leer en la tarjeta el nombre de Kai A. Hiwatari, y más aún cuando lo vi en el salón del evento. Lucía como una persona completamente diferente vestido de traje negro, corbata azul y con el cabello aplastado. Caminé hacia el backstage, tratando de no tropezar por los zapatos que, aunque tenían un tacón de apenas dos centímetros, no me hacían sentir segura.

- ¡Qué hermosas rosas! - exclamó Grace cuando me vio entrar en mi camerino con el ramo y se apresuró a tomar un recipiente para que las colocara. - ¿Te las envía algún admirador?

- ¡Ni te imaginas! - cerré la puerta y me apresuré a comentarle a Grace sobre el remitente del arreglo mientras me retocaba el cabello.

- ¡¿En serio está ahí?! ¡No puedo creer que le guste asistir a este tipo de eventos!

- Ni yo tampoco, jamás me lo hubiera esperado. Debo darle las gracias por el detalle.

Acto seguido, me levanté de la silla y caminé al salón del recital, donde los asistentes conversaban alegremente. Algunos me felicitaban, otros me daban la mano y unos pocos más solo inclinaban su cabeza con una sonrisa cuando pasaba cerca de ellos.

Conociéndolo, sabía que debía buscarlo lejos de la multitud y fue precisamente donde lo encontré, en uno de los balcones que daba al jardín del lugar. Traté de ser sigilosa, pero el sonido de mis zapatos no me ayudó. Él se giró en mi dirección y sonrió.

-Vaya, señorita McAlister, ¡Me honra con su presencia! - Kai trataba de sonar formal pero gracioso al mismo tiempo.

- ¿Por qué, señor Hiwatari? - me reí al tiempo que caminaba hacia él.

- Porque eres la artista del evento, la chica del momento - sorbió un poco de su bebida y se inclinó en la parte metálica del balcón - Deben estarte buscando allá dentro - apuntó con la copa hacia el salón, donde se escuchaba la alegre plática de los asistentes.

- ¡No! - me reí y me cubrí el rostro con las manos - Creo que ya tuvieron suficiente de mi la pasada hora y media. Además, necesito tomar aire y volver a ser Melanie - Mi acompañante sonrió y dirigió su mirada al jardín, quedándose en silencio un instante.

- Felicidades - continuó - disfruté mucho el recital. En verdad eres excelente.

- ¡Gracias, Kai! Creo que me quedó bien para haber ensayado poco - el volvió a verme sorprendido.

- En verdad que no lo hubiera imaginado - sopesó sus pensamientos por un instante - pero es que es lógico: tu don es natural y es un privilegio para el mundo que puedas compartirlo para apoyar causas benéficas.

- ¡Muchas gracias por estar aquí, apoyando la fundación, Kai! - me sonrojé un poco y vi al piso antes de continuar - y por el hermoso ramo de rosas que me obsequiaste - él sonrió.

- Es lo menos que te mereces, Melanie. Recuérdalo.

Asentí y le sonreí al tiempo que sentí un toque en mi hombro. Me giré y vi que se trataba de Grace, quién venía a comunicarme que mis padres querían volver ya a casa. Ella saludó a Kai y se retiró.

- Bueno, creo que es momento de regresar a casa - Kai asintió y dejó la copa que tenía en el balcón y se acercó a mí.

- Quería preguntarte, Melanie, si podrías darme tu número telefónico - metió su mano en uno de sus bolsillos y sacó su teléfono celular. Traté de no sonar tan nerviosa y le pedí que me prestara el aparato para registrar el número. El agradeció el gesto y guardó el contacto como "Melanie M".

Nos despedimos y subí al auto con Grace y Mattie, quienes hablaron sobre el recital mientras yo me perdía en las luces de la ciudad, mirando de reojo el precioso ramo de rosas que estaba a mi lado.

***

Melanie se retiró hacia el regazo de su nana. Terminé de sorber el jugo de arándanos de mi copa y entré de nuevo al salón, buscando a Walter. Él estaba despidiéndose de un grupo de empresarios y, cuando hizo contacto visual conmigo, me indicó que nos retiráramos.

Subimos al vehículo y permanecimos en silencio por un instante, hasta que tomé valor de hablar.

- ¿Cuál fue el punto del arreglo de flores? - para mi sorpresa, el respondió de buen humor.

- Es un obsequio para una chica tan talentosa como ella. Realmente no esperé disfrutar tanto su presentación.

- Walter, seamos francos: tu nunca haces nada de forma inocente o solo por agradar a otros... ¿Qué ocurre con la chica McAlister? - él sonrió.

- Digamos... Que la considero como una aliada estratégica en el futuro. Siendo así, es necesario que piense en los Hiwatari como amigos, ¿No crees, Kai?

Sea cual fuera la razón, tenía que estar atento a los movimientos de mi abuelo para proteger a Melanie de cualquier movida sucia.

Al llegar a casa, lo primero que hice fue escribirle un mensaje para saber si había llegado con bien. 

"Hola, Melanie. Soy Kai. Espero que hayas llegado con bien a tu casa".

Tres minutos más tarde tuve respuesta por parte de ella. Su primer mensaje en nuestro chat:

"¡Hola, Kai! Si, llegué con bien. Muchas gracias por estar ahí esta noche y por mis rosas🌹🌹"

Casi podía verla sonriendo, mientras yo sonreía leyendo el mensaje y, sin darme cuenta, me quedé dormido con ese pensamiento.





lunes, 21 de mayo de 2018

Capítulo VIII

¡El campeón está aquí!


La belleza zurda, una de las grandes favoritas para quedar entre los 3 primeros lugares del torneo japonés de beyblade lo había logrado. Me sorprendía mucho lo rápido que estaba aprendiendo a dominar a su bestia bit. No quedaba duda de que Melanie había sido elegida por Drystal, la bestia bit de luz. La veía en la pantalla del estadio agradeciendo a Ray por el combate, con una sonrisa radiante para un público que se rendía ante ella.

Y es que si Melanie significaba algo en mi vida era luz...

Habían anunciado ya la gran final, por lo que me dispuse a caminar hacia los camerinos. En el trayecto me encontré con ella, pero no me vio, puesto que ya iba de salida hacia las tribunas para presenciar el encuentro entre su primo Takao y yo. Tuve que concentrarme y dejar de lado mis pensamientos acerca del pasado para enfrentarme a la final.

La multitud estaba dividida. El nombre de Takao era coreado, pero mi nombre contaba con más intensidad y más voces aún. Sonreí, tomé a Dranzer y salí al escenario.

El grito de la multitud, la luz, el escenario... Yo he nacido para esto.

Del otro lado del tazón se encontraba un entusiasta Takao. Su sonrisa y entusiasmo era tan exagerado que me enfermaba, pero no podía negar que le sobraba coraje. Del piso apareció una reja que nos confinaría a este espacio, lo cual permitiría que me contuviera menos en la batalla. Contrario a lo que esperé. Takao no habló mucho, solo esperó a que se nos diera la señal.

3... 2... 1... Let it rip!!

Chocamos frontalmente, nos separamos y oscilamos por el tazón chocando una y otra vez, hasta que Takao le ordenó a Dragoon que iniciara la tormenta.

Un tornado apareció de la nada, empujando con una gran fuerza que jamás imaginé a Dranzer, quien voló hacia mí con tanto ímpetu que terminó lanzándome contra la reja.

El público permaneció en silencio hasta que el DJ habló:

-El ganador de la sesión uno es ¡Takao! - el interpelado tenía una cara de sorpresa que cambió en completa algarabía cuando escuchó el anuncio del DJ. Brad Best narraba la reacción del público como una completa confusión, ya que no estaban seguros de lo que estaban viendo.

- ¡Oye, Kai! ¡Levántate y vuelve al combate! Todos sabemos de qué eso no es lo mejor que puedes hacer- Y Takao tenía razón, había tenido la suerte de tomarme por sorpresa.

-Tienes razón. Yo he sido muy blando contigo... No cometeré el mismo error dos veces- al tiempo que me ponía en pie, fui desatando las amarras de mis muñequeras y las dejé caer al piso.

-Esa actitud es la que he estado esperando, ¡Vamos, atácame con todo lo que tengas!

Complací tanto la petición de mi rival que le hice pensar que podría volver a engañarme. Así que cuando intentó volver a armar el tornado y ganar así la segunda ronda, liberé a Dranzer, quien se alimentó con el aire del tornado de Dragoon y liberó sus llamas sin piedad, tanto que una explosión hizo que Takao cayera de cara al piso junto a su blade.

Los asistentes quedaron en silencio, preocupados por la salud de mi rival. Cuando la columna de fuego se apagó y Dranzer volvió a mí, pude ver en los graderíos a Melanie, quien estaba de pie con sus manos cubriendo su boca, visiblemente preocupada por el estado de su primo. Su expresión se relajó cuando este se sentó para arreglar su gorra.

-Así soy, yo. Supongo que ahora estarás a gusto, cumpleañero. - Takao se había puesto en pie.

-Este round es tuyo, Kai. Fue un gran ataque ese. Tienes bien merecida esa sonrisa.

- ¿Sonreí? Bueno, ese es solo otro error que no volveré a cometer - Takao ladeó la cabeza.

- ¡Pues ya lo cometiste dos veces este día! La primera vez fue temprano, en mi celebración. - Él se había percatado del momento en que ella me hizo sonreír. -No entiendo porque lo llamas un error, si divertirse es algo natural- agregó.

-Tu no entiendes, Takao. Tu y tus amigos hacen esto por diversión. Yo lo hago por el honor de mi familia- Mi rival sopesó mis palabras antes de agregar un seco "¡Como digas!"

El DJ anunció la ronda tres, haciendo énfasis en que Takao había sido la segunda persona en llevarme al desempate. Concentré toda mi furia en Dranzer, pues no quería que esto se hiciera una costumbre.

Ambos lanzamos simultáneamente los blades al tazón. Estos chocaron una y otra vez, y en cada ocasión el fuego y el viento se iban incrementando alrededor de ellos, hasta que ambas bestias bit aparecieron en escena. El dragón azul tenía el mismo tamaño que Dranzer y se enzarzaron en una lucha sin piedad.

Cuando ambos llegaron al máximo, chocaron con tanta fuerza que causaron una explosión que llenó de humo el espacio entre Takao y yo, el cual no tardó en disiparse.

- ¡Dragoon! - El blade de Takao había desaparecido, igual que Dranzer.

- ¡Es imposible que ambos hayan desaparecido, Takao! - ambos empezamos a buscar por todos lados, hasta que un sonido metálico reveló la ubicación de los blades, la cual estaba a un par de metros sobre nosotros. Dragoon y Dranzer estaban en una batalla cuerpo a cuerpo. Cuando finalmente se separaron, ambos beyblades venían en caída libre. Dragoon y Dranzer aterrizaron en las orillas del tazón, pero Dranzer perdió el equilibrio y salió del tazón... Medio centímetro me había costado el título de campeón nacional.

-El ganador del torneo nacional de Beyblade: ¡Takao Kinomiya!- La concurrencia aplaudió la victoria de la revelación del torneo, las virutas de papel azul comenzaron a caer y el staff preparó el podio de la premiación. Al principio fue extraño no sentir furia por haber perdido, pero caí en la cuenta de que había agotado mis posibilidades y dado lo mejor de mí.

Melanie bajó de la tribuna junto con el Sr. Dickinson, el presidente de BBA, quién se acercó al campeón y a mí para dar inicio a la premiación.

- ¡Muchas felicidades, chicos! ¡Este torneo ha sido por demás interesante! Japón tiene mucho talento para el torneo mundial. - Melanie y Takao estaban muy sonrientes, a diferencia mía, que estaba en completa seriedad. El Dj comenzó a nombrar el podio del torneo en su manera muy particular.

- ¡Démosle un fuerte aplauso al tercer lugar del torneo nacional! ¡La única e inigualable Melanie McAlister!

El público se rindió ante ella, quien subió al podio con una medalla de bronce que dedicó a todos los presentes.

- La sorpresa del torneo es no mencionar el siguiente nombre como el campeón. ¡Segundo lugar! ¡Kai Hiwatari!

No me puse la medalla, simplemente subí al podio y agradecí a la sonrisa y los aplausos de mi compañera de a lado. La concurrencia me vitoreó.

- Señoras y señores, un fortísimo aplauso para Takao. ¡El campeón está aquí! - la gente en las gradas, saltó, gritó y aplaudió el momento en que el campeón subió al podio con la medalla de oro. Su prima lo aplaudía muy anímicamente.

- ¡Felicitaciones, chicos! - El señor Dickinson se había acercado al podio a darnos la mano a cada uno. Como el campeón había sido Takao, imaginé que sería bueno despedirme aquí de la cabeza de la BBA.

-Bueno, señor Dickinson, supongo que ahora que he perdido el título ya no soy necesario en la BBA... - Antes de continuar, el anciano esbozó una sonrisa y me interrumpió.

-De hecho, les tengo una pequeña sorpresa. - le hizo una señal al DJ, quién llamó por el micrófono a Ray y a Max al podium. Una vez que ellos llegaron al lugar acordado, el DJ nuevamente tomó la palabra.

-Supongo que se estarán preguntando por que están reunidos los 5 primeros lugares del torneo. Pues bien, ¡Max, Ray, Melanie, Kai y Takao representarán al país en el torneo mundial de Beyblade!- Nuestros cinco rostros sorprendidos estaban por todas las pantallas del Seaside dome. - ¡Así es! El torneo mundial este año cambia de formatos y pasa a ser por equipos.

-Un equipo de cinco personas para representar a Japón en el mundo. Eso es impresionante, señor Dickinson.

-Y te necesito como capitán de este equipo, Kai. Tú tienes la experiencia y la habilidad suficiente para hacer de este un equipo campeón. - La idea de ser líder me gustó, así que acepté la oferta mientras los demás miembros de este equipo asintieron ante la decisión del dirigente. Di la vuelta y caminé hacia los camerinos mientras sentenciaba.

-Celebren todo este fin de semana... El entrenamiento inicia el lunes sin falta.  

lunes, 2 de abril de 2018

Sobre los personajes... (I)

Melanie Jane McAlister.


Nacimiento: Azabu, Tokio, Japón; 06 de octubre de 2005.
Nacionalidad: Japonesa (Por nacimiento), Inglesa (Por vía paterna).
Edad: 12 años (Historia principal), 3 años (jardín de niños).
Padre: John Franklin McAlister.
Madre: Mizuki McAlister (de soltera Kinomiya). 
Ojos: Azules.
Cabello: Castaño oscuro.
Estatura: 1.50 m.
Signo: Libra.
Idiomas: Japonés, inglés, francés.
Personalidad: Alegre, sociable, humilde, tímida, confiable, amistosa, leal.
Compañeros más cercanos: Takao, Ray, Kai, Max, Kenny, Oliver.
Pasatiempos: El piano, aprender idiomas, videojuegos, voleyball, lectura.
Bestia bit: Drystal, un cisne dorado de origen celta, criatura favorita de los druidas de los cuales desciende su familia paterna. 
Apodos: La princesa, la belleza zurda, southpaw, la emperatriz, milaya (милая).
Colores: Turquesa, morado, azul, dorado.




Kai Aleksandr Hiwatari.


Nacimiento: Abadía de Peterhoff, Moscú, Rusia; 12 de agosto de 2004.
Nacionalidad: Rusa (Por nacimiento), Japonesa (Por vía paterna).
Edad: 13 años (Historia principal), 4 años (jardín de niños).
Padre: Susumu Hiwatari.
Madre: Ilia Hiwatari (de soltera Stoianov). 
Ojos: Carmesí.
Cabello: Plateado (frontal) azul marino (parte trasera).
Estatura: 1.60 m.
Signo: Leo
Idiomas: Japonés, ruso, inglés.
Personalidad: Orgulloso, Frío, seguro de sí mismo, indiferente, tranquilo, vengativo.
Compañeros más cercanos: Melanie y Ray.
Pasatiempos: Practicar artes marciales, cuidado de animales, aprender idiomas, la lectura.
Bestia bit: Dranzer, el ave carmesí sagrada del sur de Asia que renace de sus cenizas. 
Apodos: El emperador, Sasha. 
Colores: Rojo, azul, gris, blanco.




viernes, 23 de marzo de 2018

Capítulo VII

El tigre y el cisne.


La batalla dio inicio y fue emocionante de principio a fin. El tazón sobre el cual luchábamos tenía la variante de un centro en rotación, lo cual alteraba la estabilidad del blade y era una preocupación extra, además del gran rival que tenía al frente. El primero en atacar fue Ray, quien me golpeó y me hizo caer en el centro rotativo.

-Drystal, tienes que salir de ahí.

-Estas justo donde te quiero, ¡Drigger ataque de la garra de Tigre!

De inmediato, el tigre que habitaba en el beyblade de Ray emergió y atacó con toda su ferocidad a Drystal. El ataque fue tal que los blades sacaban chispas y Drystal salió volando directo a mis manos. Ray sonrió y llamó a Drigger.

- ¡El round uno es para Ray! -  anunció el DJ, se escucharon algunos aplausos y muchos murmullos, la gente no estaba muy contenta por lo que acababa de ver.

-Wow, Ray, esa fue una muy buena táctica. Me tomaste por sorpresa.

-Lo sé, y también sé que eso no es lo mejor que puedes dar. - replicó con seriedad - ¡Atácame con todo lo que tengas! - su petición me sorprendió. Coloqué a Drystal en el lanzador y asentí con una sonrisa.

La cuenta regresiva inició. Cerré mis ojos y me concentré en el precioso cisne dorado que debía de emerger de mi beyblade. Esta vez lancé a Drystal en el centro del tazón, justo donde Ray me había mandado en el round uno, con la única diferencia de que ahora yo tenía la ventaja de saber lo que iba a hacer. Cuando Ray se apresuró a atacarme, mi blade saltó y lo dejó a él en mi posición.

- ¡Ahora, Drystal! ¡Ataque de los 1000 reflejos!

Al escuchar mi orden, Drigger empezó a recibir golpes por todas las partes posibles de manera casi simultánea, al punto de sacarlo volando. Ray se desesperó, trató de maniobrar en el aire, pero me impulsé en el tazón para golpearlo mientras estaba ahí arriba y me agencié el round 2.

La gente vitoreó, estaban enloquecidos por la manera "elegante" en que elevé mi blade para eliminar a mi rival, quién ladeó la cabeza sonriente y recogió a Drigger.

-Ahora sí que estamos hablando. Veo que has podido controlar más a tu bestia bit. Créeme, el tercer round será inolvidable. ¡Que gane el mejor, Melanie!

- ¡Que gane el mejor, Ray!

A la cuenta de tres estábamos de vuelta en el tazón, lejos de la zona rotatoria. Ambos nos veíamos fijamente, como queriendo advertir el movimiento que el otro realizaría. Entonces dí el primer paso, me acerqué a él y él se dirigió a mí al punto de chocar con todas nuestras fuerzas. En el choque, Drigger retrocedió, pero aun así no dejó de atacar con todo a Drystal.

- ¡Así me gusta, Melanie! Ahora, ¡Trata de detenerme! ¡¡Ataque de la garra de tigre!!

El tigre blanco emergió y volvió a atacar con ferocidad a Dystal, quién no se amedrentó y salió de su blade. Majestuosa y serena, empezó a dejarse envolver en las garras del tigre. Cuando el depredador afianzó su presa, Drystal empezó a elevarse, moviéndose oscilatoriamente y provocando que el tigre se soltara y cayera.

¡¡Es ahora o nunca, Drystal!! ¡Dale el golpe de gracia! - El cisne se lanzó de lleno a golpear al tigre contra el centro rotatorio, quién se estrelló y salió disparado hacia afuera del tazón. Solo pude escuchar la voz del DJ sobreponiéndose a los gritos de la concurrencia.

-¡¡El tercer lugar del torneo nacional es para Melanie!! - el respetable aprobó el anuncio en un estallido de vítores y celebraciones. Yo lo saludé con mayor efusividad que antes.

- ¡Así es como se debe ganar, Melanie! ¡Felicidades! - No había sido consiente de la presencia de Ray por la emoción del momento. Él había tomado a Drystal para entregármelo. Pude notar que estaba un poco agitado, el combate había sido exigente para ambos.

-Muchas gracias, Ray. Es un honor haberme enfrentado a ti- Nos saludamos con una reverencia y nos dispusimos a retirarnos del escenario para dar lugar a la final.

Busqué entre la multitud a Mattie y Grace, y cuando los encontré, vi que estaban señalándome en cierta dirección. Me extrañó, ya que esa dirección era la de los palcos y estaba reservada a autoridades y no al público en general. Mis ojos se abrieron de par en par cuando vi a dos personas de pie, aplaudiendo muy emocionados. Sus siluetas eran inconfundibles para mí y no pude evitar que una lagrima de emoción se me escapara al ver ahí a mis padres.

miércoles, 14 de marzo de 2018

Capítulo VI


¡Felicitaciones, Takao!

-Oye, Melanie, ¿ya has tenido la sensación de que olvidaste algo importante? - Takao hablaba al tiempo que hacía los últimos ajustes en su blade en la sala de espera del Seaside Dome.

-Muchas veces - respondí - eso me ocurre, sobre todo, cuando estoy emocionada - y en efecto, Takao había olvidado por completo el día de su cumpleaños por causa de la emoción de la final. Ignoraba que el día anterior, Grace y yo organizamos una pequeña celebración para su cumpleaños, la cual incluía rollos de sushi de todas las variedades y un pastel de chocolate - no te preocupes, si fuera algo de suma importancia, el abuelo se hubiera encargado de recordártelo.

-Tienes razón... ¡Debe ser algo ridículo! - Takao se carcajeo y me reí con él mientras acomodamos nuestro equipo en sus estuches; la puerta se abrió y Kai ingresó en el camerino mientras aún reíamos. Nuestras risas se detuvieron  pausadamente cuando vimos al Campeón defensor entrar (e ignorarnos por completo). 

-Oye, Mel - murmuró Takao por lo bajo -cuando este tipo se te acercó al final del encuentro pensé que iba a mofarse de ti, nunca imaginé que iba a ayudarte a ponerte en pie. 

-Kai es más que lo que ves, Takao. Créeme, el nunca haría algo así - de repente, mi estómago hizo un sonido recordando que aún no habíamos almorzado. En realidad esperaba que el plan no se hubiera hechado a perder cuando la puerta se abrió y dejó entrar a Max y al jefe. 

-¡Chicos! ¿Qué hacen aquí?- exclamó Takao al verlos. 

-Pensamos que ibas a necesitar nuestra ayuda - respondió Kenny. El plan había resultado como lo ideamos.

-¿Ayuda? ¿Con qué? Si hemos repasado y practicado todo ayer- en ese momento me puse en pie y caminé hacia la puerta del salón de espera. Cuando la abrí, nuestros invitados entraron y gritamos al unísono: 

                                                          ¡¡Feliz cumpleaños, Takao!! 

La expresión en el rostro de mi primo era de no creer cuando vio entrar a mi tío (su padre), al abuelo, al padre de Max, a Grace y a Matthew y, por supuesto, las bandejas de comida y el pastel de chocolate. 

-Melanie... Es cierto... Es mi... Mi cumpleaños. 

-¡Muchas felicidades, primo!- lo abracé y luego todos se acercaron a felicitar al cumpleañero. 

-Melanie se encargó de organizar todo, Takao. Se lo pedí porque ella es muy buena en esto. - el abuelo había querido darle una fiesta sorpresa y ayudarme con los gastos, eso último mis padres no se lo permitieron, lógicamente.  - Espero que tengas un gran día. - rara vez el abuelo se conmovía hasta las lágrimas, y las veces que esto ocurría siempre hemos sido Takao y yo la causa de dicha emoción. 

-¡Abuelito! Ahora no es tiempo de llorar, es tiempo de celebrar - el abuelo sonrió y me dio un abrazo. 

-Tienes razón, pequeña, ¡Vamos a acabar con todo este banquete! 

Poco a poco todos los invitados fueron tomando los alimentos y las bebidas, Grace y yo nos encargamos de que nadie se quedara sin su plato de comida. Entonces me percaté que alguien estaba sentado en una banca al final de la habitación ignorándolo todo. Tomé dos bandejas y las llevé hacia él. 

                                                                             °    °    °

De todas las personas que estaban en esa habitación y que pudieron acercarse a mi, lo hizo la única a la que no podía decirle que no, ni rechazar nada de lo que viniera de ella. Melanie, sonriente y dulce como siempre, se acercó a hacerme compañía. 

-Hola, Kai. También tu estas invitado a nuestro pequeño festejo- sonriente, me extendió una bandeja llena de rollos de sushi. Su gesto me dejó paralizado por un instante. Tomé la bandeja y le agradecí. Ella se sentó a mí lado y empezamos a comer en silencio. 

-Están deliciosos, Melanie. Muchas gracias. 

-Por nada - sonrió - me alegra que te gustaran. Grace y yo no nos decidiamos por que variedades incluir. 

-Seleccionaron los mejores. No podría esperar menos de ti. 

-Gracias - se sonrojó y guardó silencio un momento. - Por cierto, tu abuelo le llamó a mi padre para felicitarlo por nuestra batalla.- Walter no me había dicho nada al respecto, pero sabía que sus intenciones no eran buenas. 

-Si... La batalla trascendió, vi hasta un reportaje que salió en el periódico. 

-Si, aunque creo que exageraron un poco con la manera de relatar la batalla. 

-Yo no, fue justo así como ocurrió, y mi rival fue exactamente como la describieron - las mejillas de Melanie se ruborizaron más,  yo le sonreí y sentí un poco de rubor en mis mejillas... - muchas gracias por el almuerzo. Estuvo delicioso- me puse en pie y me dirigí a la puerta. 

-Kai - su voz era suave, automáticamente me di la vuelta, ella ya estaba en pie cuando me giré - sé que no lo necesitas, pero... Te deseo la mejor de las suertes en la final - es cierto, yo no creía en la suerte ni en el azar, solo en la disciplina, el trabajo duro y el talento...

-Gracias, Melanie. Buena suerte para ti también- me di la vuelta y continué mi camino. 


                                                                             °    °    °

Después del almuerzo tuvimos tiempo de recoger todo lo de la celebración y prepararnos para el final del torneo. Primero iba la batalla por el 3er lugar y luego la gran final. Mi rival me esperaría en la arena y estaba más que lista para luchar por ese puesto. Los encargados fueron por nosotros y los 4 protagonistas de esta tarde estábamos en el centro de la arena. Cantamos el himno nacional y después Kai y Takao se retiraron. 

La actitud de Ray no era la misma que tuvo con Takao, ahora estaba más enfocado y listo. 

-Es un honor pelear contra la gran Melanie- Ray hizo una reverencia 

-Igualmente para mi, Ray- correspondí la reverencia - ¡Que gane el mejor!


El dj tomó su lugar y presentó la batalla: 

"¡La batalla por el 3er lugar se disputará entre el misterioso Ray Hon y la única e indiscutible belleza zurda Melanie! Luchadores, tomen sus lugares y batallen a la cuenta de 3, 2, 1... Let it rip!" 






jueves, 31 de agosto de 2017

Capítulo V


La niña de ojos bonitos 


Recuerdo que pasé ese verano en Rusia, en la casa de verano de mi familia en el lago Baikal. Había un bosque con árboles llenos de manzanas que llenaban el ambiente con su aroma. Luego de ese verano, ingresé a preescolar. 

Ese día vi a muchos niños llorar. Ninguno quería separarse de sus padres o de sus niñeras. Eran muy pocos los niños que conservaban la serenidad. Una de ellas era una niña pequeña con unos enormes ojos azules, su rostro tenía facciones que no eran como las del resto de mis compañeras. Ella estaba de pie al lado de la ventana, su cabello castaño estaba recogido en dos moños. Estaba viendo con gran asombro todo a su alrededor; no alcanzaba los estantes donde estaban los juguetes, así que se acercó a aquellos que tenían libros de muchos colores y tomó uno que tenía dibujos de animales bebés. La pequeña se sentó en el piso y empezó a pasar las hojas con interés. En el lugar donde se sentó la alcanzaban unos cuantos rayos de sol que se reflejaban en su cabello. Esos dos recuerdos están muy presentes en mi hasta hoy. 

Era la menor del grupo, y esa no era la única diferencia que tenia con el resto. Era muy tímida y no dejaba que  los demás niños se le acercaran; se sentaba a hojear libros de imágenes o de colorear mientras los otros jugábamos. La única persona con la que mostraba confianza era con la maestra, una mujer muy dulce y comprensiva, quizás por ello eran inseparables.
Yo quería hablarle, quería que jugara como el resto de los niños. Además, teníamos algo en común: ambos somos diferentes a los demás, hijos de extranjeros. Un día  conocí a su padre: un hombre alto de tez y cabello claro, cuyos ojos eran del mismo  color que los de mi compañera. 

Desgraciadamente nuestros compañeros tenían como entretenimiento el burlarse de los demás, y si ella tenía un problema era que no podía hablar bien aún, lo que hacía a la niña McAlister centro de burlas y bromas pesadas. 
Un día la acorralaron y comenzaron a reventar globos frente a ella. Ella le tiene miedo a las explosiones, pues lloraba y se tapaba los oídos. Ese abuso me molestó mucho, por eso llegué a donde estaban para alejarlos de ella. Estaba temblando cuando me le acerqué a hablarle.

-No pasa nada, Melanie. Van a dejar de molestarte hoy- Ella abrió sus ojos anegados en lágrimas y me vio con miedo.

-¿Cual es tu problema, Kai?- los ostigadores me enfrentaron con aire altivo - Déjanos que tengamos un poco de diversión con "medialengua".

-No quiero que vuelvan a molestarla, ¿Me oyeron? - Mi voz sonaba diferente, antes me había enojado pero nunca en mis entonces 4 años de edad había hablado así.

-¿Y si no, que?

-Entonces ¡se la tendrán que ver conmigo!- no tengo idea de que expresión tenía mi rostro, pero los dos retrocedieron y se vieron el uno al otro antes de marcharse... Siempre he tenido este carácter fuerte ante estas situaciones, aún antes de hacerme frío y solitario.

Volví a verla y estaba sorprendida. Le tomé la mano para ayudarla a ponerse en pie. Su llanto había cesado y por primera vez en estos 2 meses se dirigió a mi.

-Gl-glacias, Hiwatari Kun.

-De nada- Sonreí - Puedes llamarme Kai.

Su respuesta inmediata fue una tímida sonrisa. Melanie era de un carácter dulce y temeroso aún. Al ver su reacción ante la situación tuve que darle un consejo, el consejo que papá me repetía una y otra vez desde que tengo memoria.

-La próxima vez que tengas problemas no te pongas a llorar. Haz algo al respecto, porque las lágrimas no van a ayudarte a salir de ellos. ¿Me lo prometes?

-Si, lo "plometo".

Ese mismo día nos sentamos juntos a almorzar. En mi almuerzo habían empacado un trozo de pastel de manzana que despertó el interés de Melanie.

-¿Quieres?- le consulté con una sonrisa. Ella asintió y cuando probó el pastel quedó maravillada. Era la receta de la familia de mamá en Rusia. 

Desde entonces Melanie se hizo más social. No hablaba conmigo solamente pues se integró más a las niñas del salón de clases, quienes se mostraban muy cariñosas con ella.

El día del fin del trimestre no se quería ir, pues venían las vacaciones de fin de año y cada cual iba a su casa durante todo diciembre. Para esa época, la niña tímida y ensimismada había desaparecido y la manera de hablar había mejorado. En octubre cumplió 3 años apenas, pero tenía una gran capacidad para las clases y las relaciones interpersonales. Se había ganado el cariño de la mayoría en el salón. Estábamos esperando a que llegaran por nosotros cuando platicábamos de los planes que teníamos para este mes libre.

-Yo pasare en casa tocando piano y tomando "cocolate" caliente. También quiero salir al jardín a jugar en la nieve.

-Eso suena bien... Me gustaría que jugaramos juntos un día.

-¡Eso sería muy bueno! Voy a decirle a Mattie que nos lleve un día a jugar.

-Puedes venir a mi casa si deseas.

-Tu también puedes venir a la mía... ¡Mira! ¡Ahí viene Mattie!- "Mattie" era su chofer. Al verlo, se levantó de la banca en la que estábamos esperando y corrió a abrazarlo.

-¡Princesa!* ¿Cómo estás, hermosa?- el  joven hombre la cargó en sus brazos. Era un extranjero también y la miraba como mira un hermano mayor. Melanie reía, pues era feliz de verlo. 

-¿Estas lista para ir a casa?

-No- ella se soltó del abrazo y pidió ser colocada en el piso moviendo sus pequeñas piernas - Kai tiene que llegar a jugar a mi casa. 

-¿Kai? - preguntó el y luego miró en dirección a mi y luego me sonrió. -¡Hola, joven Kai!- luego se dirigió a ella de nuevo -El es tu amigo del que me hablaste ¿Verdad, pequeña?- ella asintió y le contó los pormenores de nuestro plan. 

Luego se escucharon unos pasos de zapatos de tacón. Mi madre llegaba por mi vistiendo uno de sus elegantes  abrigos grices. Me levanté y estiré mis brazos hacia ella. 

-¡Hola, Sasha!** ¿Estás listo para irnos? 

-¡Hola, mamá! ¡Mira! Ella es Melanie, mi compañera de salón- la interpelada le esbozó una de sus sonrisas dulces a mi madre, quien se agachó para besar una de las mejillas de Melanie.

-Hola, Melanie. Soy Ilia, la madre de Kai-

Después de saludar a "Mattie" le explicamos a mamá nuestros planes para vacaciones. Ella aceptó y le prometió a la pequeña que se comunicaría con su madre y se pondrían de acuerdo para ver cuando y donde nos reuniríamos. Dicho eso nos marchamos a nuestras respectivas casas.

Nuestras madres habían llegado a la conclusión de que nos reuniríamos los lunes  y los jueves por las tardes, un día sería en la casa de los McAlister y el otro en la de mi familia.

La casa de la familia de Melanie era enorme, de color mármol, con un jardín grande y un árbol de cerezo en el centro de la rotonda que daba el acceso vehicular a la casa. Desde el auto pude ver que ella me esperaba al pie de las gradas de la entrada principal. Llevaba puesta una sudadera acqua y unos jeans.  La noche anterior había nevado mucho, por lo cual había personas limpiando la nieve de algunas cornisas y ventanas de la casa. Mi anfitriona estaba acompañada de su niñera que la tenía tomada de la mano y evitó que se acercara al vehículo cuando se estacionó frente a ellas. De todos los días que compartimos en su casa, recuerdo de manera especial ese primer día: la casa, el enorme árbol de navidad, la nieve y sobre todo, que le encantó que le llevara un pastel de manzana hecho en casa.

Fueron tantos momentos felices. El cariño de los McAlister y sus empleados y la gran admiración que mis padres tenían por Melanie hicieron que se pasara por alto una "travesura" que hicimos.

Un día, mientras estábamos jugando en los jardines de la casa McAlister, un sonido llamó la atención de Melanie.

-Oye, Kai. ¿Escuchas eso? - sus ojos se desviaron como buscando la fuente de ese sonido.

- ¿Qué? - Guardé silencio para poder escuchar.

-Ese sonido. - Melanie se puso en pie y caminó en búsqueda de algo que no podía ver. La seguí y pude escuchar un sonido muy agudo. Estábamos en el jardín de la parte frontal de la casa y caminamos hasta llegar a una rendija de aguas negras. Ella se agachó a ver dentro del hueco y pude escuchar claramente el sonido.

- ¡Es un gato, Kai! ¡Está atrapado allá abajo! - Me acerqué al hueco y pude ver al animal que estaba con su pelaje completamente sucio. Busqué un rastrillo para poder levantar la rendija y lo coloqué de manera que pudiéramos abrir la reja con ayuda del rastrillo y nuestro peso.

-Espérame aquí. Iré por el- Acto seguido, me introduje en la coladera y bajé por unos escalones.

Al llegar al fondo, el animalito retrocedió, pero pude atraparlo. Subí de nueva cuenta llevando al gato en mis manos. Cuando estaba acercándome a la salida, Melanie me extendió una mano para agarrar al gatito, y entonces escuchamos el grito de la niñera, quien se asustó al verla inclinada en el hueco.

- ¿¡Melanie!? ¿¡Que estás haciendo ahí!?

- ¡Mira, Grace! Encontramos a este pobre gatito en el desagüe. Kai entró ahí y lo salvó -La nana se inclinó y me ayudó a salir de la cañería. Me había ensuciado mucho, así que la joven nos llevó a la casa y me limpió el rostro y las manos, así como también me cambió la camisa.

Melanie pidió leche para el gato, y también que llamaran a su madre por teléfono. Le comentó lo sucedido y le pidió permiso para quedarse con él. La madre se lo permitió, pero pidió que el gato fuera llevado al veterinario.

El siguiente día fuimos al veterinario juntos. El pequeño animal tenía un pelaje completamente blanco, con un ojo azul y el otro verde. Nunca había visto un espécimen de la raza Khao Manee.

-Bueno, pequeños, el gato ya está listo para ir a casa. Solo te tengo una pregunta, princesa- Matthew encendió el auto antes de proseguir - ¿Que nombre le pondrás?

-No había pensado en eso, Mattie. ¿Qué nombre crees que sería adecuado para él?

-Sabes, Melanie. - respondí - Él es blanco como la nieve. En ruso nieve se dice Sneg***.

-Sneg... ¿Te gusta ese nombre, gatito? - El gato maulló mientras se acomodaba en el asiento para que ella siguiera rascándole su cabeza.

-Bien, ese es tu nombre desde hoy. Sneg McAlister. - Los tres nos reímos.

-Gracias, Kai. Lo cuidaré mucho.

La sonrisa de Melanie cuando me prometió cuidar del gato era la misma con la que me felicitó ayer después de derrotarla. Todos estos recuerdos han venido a mí con tanta fuerza, como si estos hechos hubieran ocurrido ayer.

Esos recuerdos, esos ojos bonitos... 

Eso fue lo que me dio esperanza durante todo el tiempo que pasé en la abadía por órdenes de mi abuelo...



*Esto lo dice en inglés.
**Diminutivo de Aleksandr en Rusia.
*** Снег en ruso.

lunes, 13 de febrero de 2017

Capítulo IV

    ¡Atrapada! 


Cuando regresé a los camerinos fui recibida con aplausos de parte de mis amigos, Grace, Matthew, el abuelo y el papá de Max. Cada uno de ellos me felicitó por la exhibición que había realizado minutos atrás. No miento, no estaba contenta por el resultado obtenido, pero me encontraba satisfecha por el esfuerzo mostrado. Di lo mejor de mí y encontré a Drystal, mi bestia bit.

Escuchar música hizo que me relajara en el camino de vuelta a casa. Mi humor no era el habitual, así que la lista de reproducción variaba entre las melodías de Ludovico Einaudi y el rock psicodélico de Janis Joplin. Estar tranquila me sirvió para lo que me esperaba en casa.

Nuestro mayordomo se encontraba justo en la puerta de entrada de la mansión. Al ver llegar al auto, se acercó a él tan de prisa que parecía que se caería bajando los escalones.

-Sus padres la esperan en el salón principal, señorita.

- ¿En el salón? ¿Han llegado hace mucho?

-Hace una media hora quizás, señorita McAlister. - Matthew y Grace nos seguían. Me di la vuelta para pedirles con una señal de mi mano que no vinieran conmigo antes de seguir hablando.

-Muchas gracias, Joseph. - el únicamente asintió y caminó conmigo a la estancia principal de la casa, habitación que tenía puertas cerradas. Joseph tocó y me anunció.

-Señores, la señorita Melanie. - el me permitió entrar y se despidió de mi con una mirada nerviosa. Cerró la puerta y en ese momento mi padre se giró para verme. La vena de su sien estaba palpitándole muy fuerte. Ese no era el vaticinio de algo muy bueno.

- ¿Así que esto es lo que querías que viéramos, Melanie? - aunque su tono de voz no era elevado, podía sentir la molestia en sus palabras. Trate de disimular y mantener mi voz en un tono casual.

- ¿A qué cosa te estás refiriendo, padre?

- ¡No trates de hacerte la ingenua con nosotros, Melanie! ¡Lo sabemos todo! ¡Sabemos que has estado beybatallando en lugar de cumplir con tus clases de piano! - la respuesta me dejó helada. Esa tarde me había sorprendido enormemente en dos ocasiones, la primera fue al ver a Drystal, la segunda fue esta reprimenda. Me quedé callada.

- ¿Como lo...? - papá ni siquiera me dejó terminar de formular la pregunta.

- ¡Walter Hiwatari me llamó esta tarde para felicitarme por la "gran batalla" que había tenido mi hija! ¡Me hizo saber que casi había derrotado a su nieto! ¡Mientras tu madre y yo creíamos que nuestra hija estaba en clases de piano, ella estaba envuelta en peleas callejeras! ¡Perdiendo el tiempo en cosas inútiles! -  aguanté la reprimenda en silencio, sin perder la calma y, sobre todo, pensando en que argumentos usaría.

-Eso quería decirles ayer. Quería que me vieran clasificar a la final. No les había dicho antes porque quería llegar a la semifinal al menos.

Por qué hasta entonces, Menalie?- mamá, quien había permanecido callada, hablaba tranquila, aunque el disgusto se le notaba en el rostro.

-Porque quería llegar a la semifinal por mi cuenta. No quería que mi apellido me favoreciera, así como me lo han enseñado. Quería que vieran que logré algo por mi cuenta y mi propio talento.

- ¡¿Que acaso no todo lo que has logrado lo has hecho tu misma?! ¿O ser la primera de tu clase en el Instituto para señoritas más exclusivo de Tokio lo ha conseguido ser una McAlister? ¿Y qué hay de ser la pianista principal de la sinfónica juvenil del distrito? ¿Eso se consigue únicamente el dinero? - papá gritó. Nunca lo había escuchado tan alterado. Me limité a responder con un hueco "no" al tiempo que veía al piso.

-Nos tiene muy decepcionados tu actitud. Eres una niña ejemplar, me sorprende que nos hayas mentido así. - no se decir que era peor entre escuchar a papá gritar o la decepción que denotaban la voz y el rostro de mamá. Guardamos silencio por un momento, el cual le sirvió a papá para tranquilizarse. Se frotó los ojos e inhaló antes de volver a hacer una pregunta.

¿Por qué hiciste esto, Melanie? - también yo respiré hondo antes de contestar. Caminé hacia el piano y me senté frente a él.

-Lo hice porque era algo que quería hacer. Quería probarme en algo diferente, en algo que fuera mi iniciativa lograr. No me malentiendan- deslicé mis dedos por algunas teclas del instrumento antes de empezar a tocar Clair de Lune.- me encanta ser pianista, me gusta mucho dar conciertos con la sinfónica y, sobre todo, tocar para ustedes. Pero... -tragué saliva antes de continuar- esto es algo que ustedes eligieron por mí, y lo agradezco. Este deporte me gustó mucho desde que vi las finales del año pasado.

- ¿Y todo este tiempo has estado en la calle? ¿Envuelta en peleas callejeras? - mamá sonaba un poco más preocupada que disgustada.

-No, tranquila. He estado jugando con compañeras del colegio a las que les gusta. También con chicos de colegios cercanos al instituto- esbocé una leve sonrisa - la verdad, es que nunca he peleado en la calle. 

- ¡Vamos, Melanie! Walter Hiwatari me dijo que la pelea que habías tenido con su nieto fue casi una pelea callejera.       

-Se refiere a la intensidad de la pelea. Para que tengas una idea, mi blade quedo destruido. - metí mi mano en mi bolsillo y saqué el circuito bit con la imagen de Drystal impresa en él. - Kai es un luchador muy fuerte. El torneo se está llevando a cabo en el Seaside Dome.Todo está regulado por la BBA de Japón. He batallado 3 veces, y mi última batalla sería el próximo sábado por el tercer lugar contra Ray Kon.  

-Este es el cisne que está inscrito en escudo de la familia que mi padre tiene en su casa. - Papá había tomado el circuito bit y veía a Drystal.

-Si, papá. Drystal es mi bestia bit. Ella eligió mi blade así como Dragoon, el dragón azul de la espada del abuelo eligió el de Takao.

-No sé cómo no se me ocurrió que tu primo estaba envuelto en todo esto, Melanie.

-No te preocupes, mamá. Takao se enteró cuando gané la primera ronda eliminatoria. Estaba muy sorprendido de verme ahí. El sábado se enfrentará a Kai en la final del torneo nacional. - Papá devolvió el citcuito bit a la superficie del elegante piano de cola que decoraba la sala antes de continuar.

- ¿El cisne peleó contigo?

-Así es, contra el ave fénix de Kai. Y nos despedazó por mi inexperiencia. - mamá se pusó en pie e interrumpel hilo de la conversación.

-Sube a tu habitación, Melanie. Estas castigada, deja aquí tu teléfono celular. No asistirás a esa final. No tenías por qué mentir de esa manera. - el castigo no me sorprendió en lo absoluto.

-Gracias, madre. Eres muy condescendiente. Aunque yo sé porque actué asi, no hay justificación alguna para mis actos. Me equivoqué y espero que puedan perdonar mi osadía. -terminé la melodía del piano y me dirigí a la puerta.

Me encerré en la habitación y me dí una ducha. Grace llegó más tarde con la cena, pidiéndome que le contara lo ocurrido. Se entristeció cuando le dije que no iría a la final y que todo había terminado. Nos desilusionamos mucho por lo que pasó. Esa noche pude dormir porque la batalla me había agotado mucho, de lo contrario hubiera sido una horrible noche en vela.

Al día siguiente atendí mis clases de inglés por la mañana y salí por la tarde únicamente para las lecciones de piano. Me encerré el resto de la tarde a leer a la biblioteca. No me sentía muy animada, para ser honesta, así que me puse ropa deportiva para no verme tan fachosa y me acomodé en mi sofá favorito a leer por quinta vez Harry Potter y el prisionero de Azkaban en inglés. 

Casi entrada la noche, papá entró en la biblioteca. Me saludó y abrazó como lo hacía habitualmente, el enojo de ayer se le había pasado en gran medida.

-Sabes, pequeña, te vimos en el periódico. - Mis padres no acostumbraban a ver los periodicos o noticieros, por eso me sorprendió en gran manera que sacara uno de su portafolios y lo colocara frente a mí. El titular de la noticia decía "La racha del campeón terminó" y estaba acompañada de la fotografía del momento donde alcé las manos para pedirle al público un aplauso para Kai. No pude terminar de leer el artículo, pues sentí pena al leer como se expresaba de mí el periodista:

"El día de ayer una de las grandes revelaciones del torneo terminó con la racha de victorias en dos rounds del aún actual campeón Kai Hiwatari. Melanie, además de ser la única chica en alcanzar una instancia de semifinal en los años que tiene el torneo, despidió del tazón al campeón de una manera insospechada y sorpresiva por medio de una maniobra que, de no ejecutarse correctamente, le hubiera significado la autoeliminación. Lastimosamente, "la belleza zurda" (como ha sido denominada por sus fanáticos) perdió de manera aplastante el tercer round, al punto de no poder rescatar nada de su beyblade. Esta pelea pasará a la historia como un clásico de los torneos de beyblade. Muy probablemente esta chica, apodada también como "Southpaw", nos dará grandes emociones en el futuro. No solo cuenta con un gran talento, sino también con un carisma que ha logrado cautivar a miles de seguidores al aceptar la derrota con una sonrisa en su rostro y pidiendo al respetable un aplauso para su rival. Belleza, inteligencia y talento en una sola persona."

- Creo... Que está exagerando un poco- aun sin necesidad de verme, podía sentir el rubor en mis mejillas.

-Yo creo que no. Conseguí una copia de la pelea de ayer y fue sorprendente. Incluso tu madre se emocionó al verte en la batalla. Esa eres tú, mi Melanie.  - devolví mis ojos a la imagen mía y de Kai en lo que papá tomaba aire para continuar.

-Lamento mucho mi reacción de ayer, princesa. Me molestó mucho pensar que estabas vagando o en malos pasos; ya sabes, la calle nunca trae nada bueno. Y si a eso le agregas que mentiste...

-Si, lo sé papá. No tengo disculpas para eso.

-Es la primera vez que haces algo así. Y me he dado cuenta de que si recurriste a eso fue como una medida desesperada. - Papá abrió de nuevo su portafolio y me entregó un nuevo blade, exactamente igual al que se dañó, incluso había quitado el circuito bit para colocar a Drystal. Mis ojos no podían creer lo que tenía ante mí.

-Eso... significa que...

-Que el sábado estarás peleando por un honroso tercer lugar, mi pequeña. Haber perdido así y contra el mejor no es derrota. Se que la próxima vez que te enfrentes a ese muchacho, lo derrotaras, mi hasu.- La emoción me embargó, y me lancé a sus brazos.

- ¡Gracias, papá!

-Gracias a ti por ser como eres.

Tomé el blade y comencé a entrenar para llegar en forma a la batalla por el tercer lugar. 

Horas después recibí una llamada telefónica del abuelo. Me pidió un favor especial al que no me podía negar.