¡Atrapada! 
Cuando regresé a los camerinos fui recibida con aplausos de parte de mis amigos, Grace, Matthew, el abuelo y el papá de Max. Cada uno de ellos me felicitó por la exhibición que había realizado minutos atrás. No miento, no estaba contenta por el resultado obtenido, pero me encontraba satisfecha por el esfuerzo mostrado. Di lo mejor de mí y encontré a Drystal, mi bestia bit. 
Escuchar música hizo que me relajara en el camino de vuelta a casa. Mi humor no era el habitual, así que la lista de reproducción variaba entre las melodías de Ludovico Einaudi y el rock psicodélico de Janis Joplin. Estar tranquila me sirvió para lo que me esperaba en casa. 
Nuestro mayordomo se encontraba justo en la puerta de entrada de la mansión. Al ver llegar al auto, se acercó a él tan de prisa que parecía que se caería bajando los escalones. 
-Sus padres la esperan en el salón principal, señorita. 
- ¿En el salón? ¿Han llegado hace mucho? 
-Hace una media hora quizás, señorita McAlister. - Matthew y Grace nos seguían. Me di la vuelta para pedirles con una señal de mi mano que no vinieran conmigo antes de seguir hablando. 
-Muchas gracias, Joseph. - el únicamente asintió y caminó conmigo a la estancia principal de la casa, habitación que tenía puertas cerradas. Joseph tocó y me anunció. 
-Señores, la señorita Melanie. - el me permitió entrar y se despidió de mi con una mirada nerviosa. Cerró la puerta y en ese momento mi padre se giró para verme. La vena de su sien estaba palpitándole muy fuerte. Ese no era el vaticinio de algo muy bueno. 
- ¿Así que esto es lo que querías que viéramos, Melanie? - aunque su tono de voz no era elevado, podía sentir la molestia en sus palabras. Trate de disimular y mantener mi voz en un tono casual. 
- ¿A qué cosa te estás refiriendo, padre?
- ¡No trates de hacerte la ingenua con nosotros, Melanie! ¡Lo sabemos todo! ¡Sabemos que has estado beybatallando en lugar de cumplir con tus clases de piano! - la respuesta me dejó helada. Esa tarde me había sorprendido enormemente en dos ocasiones, la primera fue al ver a Drystal, la segunda fue esta reprimenda. Me quedé callada. 
- ¿Como lo...? - papá ni siquiera me dejó terminar de formular la pregunta. 
- ¡Walter Hiwatari me llamó esta tarde para felicitarme por la "gran batalla" que había tenido mi hija! ¡Me hizo saber que casi había derrotado a su nieto! ¡Mientras tu madre y yo creíamos que nuestra hija estaba en clases de piano, ella estaba envuelta en peleas callejeras! ¡Perdiendo el tiempo en cosas inútiles! -  aguanté la reprimenda en silencio, sin perder la calma y, sobre todo, pensando en que argumentos usaría. 
-Eso quería decirles ayer. Quería que me vieran clasificar a la final. No les había dicho antes porque quería llegar a la semifinal al menos.
Por qué hasta entonces, Menalie?- mamá, quien había permanecido callada, hablaba tranquila, aunque el disgusto se le notaba en el rostro.
-Porque quería llegar a la semifinal por mi cuenta. No quería que mi apellido me favoreciera, así como me lo han enseñado. Quería que vieran que logré algo por mi cuenta y mi propio talento.
- ¡¿Que acaso no todo lo que has logrado lo has hecho tu misma?! ¿O ser la primera de tu clase en el Instituto para señoritas más exclusivo de Tokio lo ha conseguido ser una McAlister? ¿Y qué hay de ser la pianista principal de la sinfónica juvenil del distrito? ¿Eso se consigue únicamente el dinero? - papá gritó. Nunca lo había escuchado tan alterado. Me limité a responder con un hueco "no" al tiempo que veía al piso.
-Nos tiene muy decepcionados tu actitud. Eres una niña ejemplar, me sorprende que nos hayas mentido así. - no se decir que era peor entre escuchar a papá gritar o la decepción que denotaban la voz y el rostro de mamá. Guardamos silencio por un momento, el cual le sirvió a papá para tranquilizarse. Se frotó los ojos e inhaló antes de volver a hacer una pregunta.
¿Por qué hiciste esto, Melanie? - también yo respiré hondo antes de contestar. Caminé hacia el piano y me senté frente a él.
-Lo hice porque era algo que quería hacer. Quería probarme en algo diferente, en algo que fuera mi iniciativa lograr. No me malentiendan- deslicé mis dedos por algunas teclas del instrumento antes de empezar a tocar Clair de Lune.- me encanta ser pianista, me gusta mucho dar conciertos con la sinfónica y, sobre todo, tocar para ustedes. Pero... -tragué saliva antes de continuar- esto es algo que ustedes eligieron por mí, y lo agradezco. Este deporte me gustó mucho desde que vi las finales del año pasado.
- ¿Y todo este tiempo has estado en la calle? ¿Envuelta en peleas callejeras? - mamá sonaba un poco más preocupada que disgustada.
-No, tranquila. He estado jugando con compañeras del colegio a las que les gusta. También con chicos de colegios cercanos al instituto- esbocé una leve sonrisa - la verdad, es que nunca he peleado en la calle.
- ¡Vamos, Melanie! Walter Hiwatari me dijo que la pelea que habías tenido con su nieto fue casi una pelea callejera.
-Se refiere a la intensidad de la pelea. Para que tengas una idea, mi blade quedo destruido. - metí mi mano en mi bolsillo y saqué el circuito bit con la imagen de Drystal impresa en él. - Kai es un luchador muy fuerte. El torneo se está llevando a cabo en el Seaside Dome.Todo está regulado por la BBA de Japón. He batallado 3 veces, y mi última batalla sería el próximo sábado por el tercer lugar contra Ray Kon.
-Este es el cisne que está inscrito en escudo de la familia que mi padre tiene en su casa. - Papá había tomado el circuito bit y veía a Drystal.
-Si, papá. Drystal es mi bestia bit. Ella eligió mi blade así como Dragoon, el dragón azul de la espada del abuelo eligió el de Takao.
-No sé cómo no se me ocurrió que tu primo estaba envuelto en todo esto, Melanie.
-No te preocupes, mamá. Takao se enteró cuando gané la primera ronda eliminatoria. Estaba muy sorprendido de verme ahí. El sábado se enfrentará a Kai en la final del torneo nacional. - Papá devolvió el citcuito bit a la superficie del elegante piano de cola que decoraba la sala antes de continuar.
- ¿El cisne peleó contigo?
-Así es, contra el ave fénix de Kai. Y nos despedazó por mi inexperiencia. - mamá se pusó en pie e interrumpió el hilo de la conversación.
-Sube a tu habitación, Melanie. Estas castigada, deja aquí tu teléfono celular. No asistirás a esa final. No tenías por qué mentir de esa manera. - el castigo no me sorprendió en lo absoluto.
-Gracias, madre. Eres muy condescendiente. Aunque yo sé porque actué asi, no hay justificación alguna para mis actos. Me equivoqué y espero que puedan perdonar mi osadía. -terminé la melodía del piano y me dirigí a la puerta.
Me encerré en la habitación y me dí una ducha. Grace llegó más tarde con la cena, pidiéndome que le contara lo ocurrido. Se entristeció cuando le dije que no iría a la final y que todo había terminado. Nos desilusionamos mucho por lo que pasó. Esa noche pude dormir porque la batalla me había agotado mucho, de lo contrario hubiera sido una horrible noche en vela.
Al día siguiente atendí mis clases de inglés por la mañana y salí por la tarde únicamente para las lecciones de piano. Me encerré el resto de la tarde a leer a la biblioteca. No me sentía muy animada, para ser honesta, así que me puse ropa deportiva para no verme tan fachosa y me acomodé en mi sofá favorito a leer por quinta vez Harry Potter y el prisionero de Azkaban en inglés.
Casi entrada la noche, papá entró en la biblioteca. Me saludó y abrazó como lo hacía habitualmente, el enojo de ayer se le había pasado en gran medida.
-Sabes, pequeña, te vimos en el periódico. - Mis padres no acostumbraban a ver los periodicos o noticieros, por eso me sorprendió en gran manera que sacara uno de su portafolios y lo colocara frente a mí. El titular de la noticia decía "La racha del campeón terminó" y estaba acompañada de la fotografía del momento donde alcé las manos para pedirle al público un aplauso para Kai. No pude terminar de leer el artículo, pues sentí pena al leer como se expresaba de mí el periodista:
- Creo... Que está exagerando un poco- aun sin necesidad de verme, podía sentir el rubor en mis mejillas.
-Yo creo que no. Conseguí una copia de la pelea de ayer y fue sorprendente. Incluso tu madre se emocionó al verte en la batalla. Esa eres tú, mi Melanie. - devolví mis ojos a la imagen mía y de Kai en lo que papá tomaba aire para continuar.
-Lamento mucho mi reacción de ayer, princesa. Me molestó mucho pensar que estabas vagando o en malos pasos; ya sabes, la calle nunca trae nada bueno. Y si a eso le agregas que mentiste...
-Si, lo sé papá. No tengo disculpas para eso.
-Es la primera vez que haces algo así. Y me he dado cuenta de que si recurriste a eso fue como una medida desesperada. - Papá abrió de nuevo su portafolio y me entregó un nuevo blade, exactamente igual al que se dañó, incluso había quitado el circuito bit para colocar a Drystal. Mis ojos no podían creer lo que tenía ante mí.
-Eso... significa que...
-Que el sábado estarás peleando por un honroso tercer lugar, mi pequeña. Haber perdido así y contra el mejor no es derrota. Se que la próxima vez que te enfrentes a ese muchacho, lo derrotaras, mi hasu.- La emoción me embargó, y me lancé a sus brazos.
- ¡Gracias, papá!
-Gracias a ti por ser como eres.
¿Por qué hiciste esto, Melanie? - también yo respiré hondo antes de contestar. Caminé hacia el piano y me senté frente a él.
-Lo hice porque era algo que quería hacer. Quería probarme en algo diferente, en algo que fuera mi iniciativa lograr. No me malentiendan- deslicé mis dedos por algunas teclas del instrumento antes de empezar a tocar Clair de Lune.- me encanta ser pianista, me gusta mucho dar conciertos con la sinfónica y, sobre todo, tocar para ustedes. Pero... -tragué saliva antes de continuar- esto es algo que ustedes eligieron por mí, y lo agradezco. Este deporte me gustó mucho desde que vi las finales del año pasado.
- ¿Y todo este tiempo has estado en la calle? ¿Envuelta en peleas callejeras? - mamá sonaba un poco más preocupada que disgustada.
-No, tranquila. He estado jugando con compañeras del colegio a las que les gusta. También con chicos de colegios cercanos al instituto- esbocé una leve sonrisa - la verdad, es que nunca he peleado en la calle.
- ¡Vamos, Melanie! Walter Hiwatari me dijo que la pelea que habías tenido con su nieto fue casi una pelea callejera.
-Se refiere a la intensidad de la pelea. Para que tengas una idea, mi blade quedo destruido. - metí mi mano en mi bolsillo y saqué el circuito bit con la imagen de Drystal impresa en él. - Kai es un luchador muy fuerte. El torneo se está llevando a cabo en el Seaside Dome.Todo está regulado por la BBA de Japón. He batallado 3 veces, y mi última batalla sería el próximo sábado por el tercer lugar contra Ray Kon.
-Este es el cisne que está inscrito en escudo de la familia que mi padre tiene en su casa. - Papá había tomado el circuito bit y veía a Drystal.
-Si, papá. Drystal es mi bestia bit. Ella eligió mi blade así como Dragoon, el dragón azul de la espada del abuelo eligió el de Takao.
-No sé cómo no se me ocurrió que tu primo estaba envuelto en todo esto, Melanie.
-No te preocupes, mamá. Takao se enteró cuando gané la primera ronda eliminatoria. Estaba muy sorprendido de verme ahí. El sábado se enfrentará a Kai en la final del torneo nacional. - Papá devolvió el citcuito bit a la superficie del elegante piano de cola que decoraba la sala antes de continuar.
- ¿El cisne peleó contigo?
-Así es, contra el ave fénix de Kai. Y nos despedazó por mi inexperiencia. - mamá se pusó en pie e interrumpió el hilo de la conversación.
-Sube a tu habitación, Melanie. Estas castigada, deja aquí tu teléfono celular. No asistirás a esa final. No tenías por qué mentir de esa manera. - el castigo no me sorprendió en lo absoluto.
-Gracias, madre. Eres muy condescendiente. Aunque yo sé porque actué asi, no hay justificación alguna para mis actos. Me equivoqué y espero que puedan perdonar mi osadía. -terminé la melodía del piano y me dirigí a la puerta.
Me encerré en la habitación y me dí una ducha. Grace llegó más tarde con la cena, pidiéndome que le contara lo ocurrido. Se entristeció cuando le dije que no iría a la final y que todo había terminado. Nos desilusionamos mucho por lo que pasó. Esa noche pude dormir porque la batalla me había agotado mucho, de lo contrario hubiera sido una horrible noche en vela.
Al día siguiente atendí mis clases de inglés por la mañana y salí por la tarde únicamente para las lecciones de piano. Me encerré el resto de la tarde a leer a la biblioteca. No me sentía muy animada, para ser honesta, así que me puse ropa deportiva para no verme tan fachosa y me acomodé en mi sofá favorito a leer por quinta vez Harry Potter y el prisionero de Azkaban en inglés.
Casi entrada la noche, papá entró en la biblioteca. Me saludó y abrazó como lo hacía habitualmente, el enojo de ayer se le había pasado en gran medida.
-Sabes, pequeña, te vimos en el periódico. - Mis padres no acostumbraban a ver los periodicos o noticieros, por eso me sorprendió en gran manera que sacara uno de su portafolios y lo colocara frente a mí. El titular de la noticia decía "La racha del campeón terminó" y estaba acompañada de la fotografía del momento donde alcé las manos para pedirle al público un aplauso para Kai. No pude terminar de leer el artículo, pues sentí pena al leer como se expresaba de mí el periodista:
"El día de ayer una de las grandes revelaciones del torneo terminó con la racha de victorias en dos rounds del aún actual campeón Kai Hiwatari. Melanie, además de ser la única chica en alcanzar una instancia de semifinal en los años que tiene el torneo, despidió del tazón al campeón de una manera insospechada y sorpresiva por medio de una maniobra que, de no ejecutarse correctamente, le hubiera significado la autoeliminación. Lastimosamente, "la belleza zurda" (como ha sido denominada por sus fanáticos) perdió de manera aplastante el tercer round, al punto de no poder rescatar nada de su beyblade. Esta pelea pasará a la historia como un clásico de los torneos de beyblade. Muy probablemente esta chica, apodada también como "Southpaw", nos dará grandes emociones en el futuro. No solo cuenta con un gran talento, sino también con un carisma que ha logrado cautivar a miles de seguidores al aceptar la derrota con una sonrisa en su rostro y pidiendo al respetable un aplauso para su rival. Belleza, inteligencia y talento en una sola persona."
- Creo... Que está exagerando un poco- aun sin necesidad de verme, podía sentir el rubor en mis mejillas.
-Yo creo que no. Conseguí una copia de la pelea de ayer y fue sorprendente. Incluso tu madre se emocionó al verte en la batalla. Esa eres tú, mi Melanie. - devolví mis ojos a la imagen mía y de Kai en lo que papá tomaba aire para continuar.
-Lamento mucho mi reacción de ayer, princesa. Me molestó mucho pensar que estabas vagando o en malos pasos; ya sabes, la calle nunca trae nada bueno. Y si a eso le agregas que mentiste...
-Si, lo sé papá. No tengo disculpas para eso.
-Es la primera vez que haces algo así. Y me he dado cuenta de que si recurriste a eso fue como una medida desesperada. - Papá abrió de nuevo su portafolio y me entregó un nuevo blade, exactamente igual al que se dañó, incluso había quitado el circuito bit para colocar a Drystal. Mis ojos no podían creer lo que tenía ante mí.
-Eso... significa que...
-Que el sábado estarás peleando por un honroso tercer lugar, mi pequeña. Haber perdido así y contra el mejor no es derrota. Se que la próxima vez que te enfrentes a ese muchacho, lo derrotaras, mi hasu.- La emoción me embargó, y me lancé a sus brazos.
- ¡Gracias, papá!
-Gracias a ti por ser como eres.
Tomé el blade y comencé a entrenar para llegar en forma a la batalla por el tercer lugar. 
Horas después recibí una llamada telefónica del abuelo. Me pidió un favor especial al que no me podía negar.  
